Pensamiento de Hui Shi

De Gongsunlongzi
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El Legado de Zhuang Zi

El Tratado Segundo de Zhuang Zi, La Identidad de los Seres, presente en el texto que lleva su mismo nombre, es, sin duda, uno de los testimonios arqueológicos más importantes para una exégesis preparatoria sobre la reflexión Pre-Han sobre el Nombre y el Hecho. Nuestro preguntar histórico, estrictamente provisional, se descubrirá ahora en un ir y venir, una suerte de regreso categorial, en esta fuente, supuestamente "original", y buscará comprender a través de las significativas peculiaridades de este legado invaluable, lo que los 6 juan de Gong Sun Long Zi y las sentencias de Hui Shi aún dicen de digno.

Así y dentro del marco presente del Tratado Segundo seguirá pues nuestra reflexión.

El taoísmo filosófico está sujeto, extrañamente, al Relativismo. Este, fijado para muchos en el punto de vista espiritual, la Gran Masa , “El Aliento del Mundo” , cae numinoso, sobre los rostros de los que se refugian lejos de lo determinado y lo estricto. Lao Zi, Zhuang Zi, son taxativos y firmes en su natural incorporación a lo que acontence en Mundo: el mismo Acontecer. El Dao, µÀ, que es secreto aún no siendo secreto, pues no admite jerarquia ontologica, y que, como la misma pregunta que se interroga por el Ser, es indemostrable onticamente, vive en el adjetivo y la cualidad, y no en la mirada penetrante y analítica de "multilateral" Hui Shi, que gustaba de acertijos analiticos y era habil sofista. Kun y Peng , el pez inmenso y su metamorfosis, el ave de alas inmensas. Y la cigarra y la tortolica, no significan honor ni deshonor. Ninguna irradia preeminencia. La orientación de aquel que busca el Camino es la de ser una pregunta retórica. El tema de la constitución de lo ente, y de su estructura, como algo cercano o lejano, grande o pequeño, del comparativo geografico, está ciertamente ausente (si exceptuamos la Teoria Medica y el Taoismo Religioso) de la reflexión Protocientífica del Taoísmo Filosofico. Hay en los Libros Canónicos del Taoísmo Filosófico, decimos, una radical corpulencia anti-constructiva, una suerte de revolucion espiritual que no puede identificarse con el Antihumanismo o el chato Nihilismo de las tradiciones occidentales. Su comprensión del Mundo no se funda en una analítica ontológica, sino en una interpretación de lo que es esencial. La búsqueda de esta esencia, Misteriosa, es el Camino.

Considerar al Taoísmo de irreflexivo, prematuro o primitivo, significaría arremeter contra la fundamentación de una lógica creadora. Y es esto, lo sobresaliente, con lo que el estudioso de textos taoistas se topa y se admira.

El Tratado Segundo del Zhuang Zi discurre sobre la Identidad de los Seres. Y puntualiza, en una suerte de disquision parmenidea, la “mala subjetivizacion del Universo de los seres” . Se trata de un documento sobrecogedor e inquietante: por un lado, conceptual, desarrolla el destino de los que buscan la fundamentación de la anterioridad; y por otro lado, testimonia la existencia de un Debate, a menudo sospechado, a saber: la relacion entre los verdadero y lo falso, y entre lo correcto y lo incorrecto. Por último, filologicamente, utiliza los mismos instrumentos categoriales y gramaticales que los Tratados Lógicos Neo-mohistas y que los atribuidos a Gong Sun Long Zi.

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