Observaciones personales sobre la Lectura de un texto antiguo de lógica paraconsistente

De Gongsunlongzi
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El Texto de Gong Sun Long Zi es un texto Lógico de más de 2000 años de antiguedad. Es el testimonio de un discurrir y un pensar sobre el Lenguaje y su movimiento. Por ello, es esencial.

Si nos preguntamos si hay o no hay un Lenguaje más filosófico que otro, advertiremos que la cuestión plantea necesariamente una reflexión en torno a la Esencia de la Escritura y la Lectura. Ahora bien, ¿a qué nos referimos con esta supuesta Esencia? Esta Esencia (que llamamos así a falta de otro término) será, fundamentalmente, cierta Diferencia-Criterio entre la Potencialidad de una Lengua con otra. A su vez, el análisis de esta Potencialidad residirá en el sentido que esta adquiera en la Lectura y la Escritura. No basta, ciertamente, con decir que si Aristóteles hubiera escrito en Chino la Metafísica sus conclusiones hubieran sido profundamente diferentes de las que hemos interpretado. Ciertamente no es suficiente asombrarse ante casi extinguida diversidad y diferencia de las Lenguas del Mundo. Es precisa una investigación de lo que es la Diferencia en el seno mismo de la Lectura y la Escritura.

Para dar luz a la Diferencia nos proponemos enumerar brevemente algunos de los aspectos más notables y sugerentes que rodean la posible experiencia de la Lectura y la Escritura en Chino Mandarín. Y queremos comenzar con una Diferencia característica y poco mencionada. A saber: la Rapidez.

La Rapidez es una Diferencia Filosófica y hermeneútica. Y es una característica también poco atendida en el Pensar Occidental. Platón la sueña al pensar sobre la Memoria, cuando menciona unos tubos por donde rápidamente se trasvasa la simiente del saber. Hegel ya comentaba que el filósofo llega siempre demasiado tarde. Ciertamente, unos de los Sueños de los filósofos es ser Rápido. Y más aún: ser Rápido en la Lectura. Lo Ideal sería Leer rápido, para tener tiempo y disfrutar, lentamente, de los párrafos mas hermosos. Otros, como Borges, buscan un Lector Ideal. Y en efecto, lo Ideal es, para muchos, una Lectura-Rapidez.. Esto es, una Rapidez epistemológica y, así, cierta taquigrafía fenomenológica. Lo ideal, decimos, sería que la Escritura se correspondiese con la velocidad de nuestra Reflexión, y que nuestra Lectura, fuese equivalente al tiempo en el que la Identidad pone en juego esos recursos analítico-pragmáticos que conforma su movimiento. Así, y como guía de nuestras reflexiones, sostenemos, pues, que El Sueño de los Filósofos fue, y es, Poder-Leer.

"Poder Leer" significa a nuestro ver tener la Inmediatez Hermeneútica, el acto capaz de unir Objeto y Sujeto en un solo Acontecer, y de poder apropiar-se-lo en el juego intelectual de la experiencia vivida-leida. El Sueño del Filosofo ha sido, decimos, alcanzar el silogismo disyuntivo epistemologico, el ya, la Lectura que es Escritura, el saber "de golpe", que señalaba Deleuze al referirse al orden del Lenguaje, en donde todo debe darse simultáneamente (vs. Del Lenguaje, La Lógica del Sentido). Con todo, parece que nadie ha podido nunca leer en este sentido. Y más aún: parece que cuanto más busco el Lector-Filósofo esta Inmediatez, más se alejo de la Lectura misma.

El Chino Mandarín y, más concretamente, el Chino, toleran, a nuestro ver, uno de los modos de lectura más rápidos creados por el Hombre. Al mismo tiempo, una de las escrituras más crípticas y artísticas en una coincidencia no arbitraria. Este hecho Lingüístico, revolucionario, ha creado, en cierto sentido, un modo de Lectura y Escritura profundamente Diferente del Occidental. Y a la vez, un deleite visual y semántico que solo tras cierto entrenamiento es posible gozar.

La Rapidez del Lector Chino es cultural y biológica. Y a nuestro ver, ha definido un nuevo tipo de Lectura, ha educado la escucha en cierta dirección y ha producido un modo convivir con la Lectura, visual y físicamente. ¿Qué es lo que queremos indicar al hablar de Rapidez en Chino? ¿qué luz o sentido hemos querido dar a la palabra? Examinemos esta idea más detenidamente. Lo que denominamos Rapidez refiere fundamentalmente a estos tres aspectos, que a continuación siguen:

1) La mínima unidad gráfico-semántica coincide con el morfema monosilábico de una idea, leíble en un solo signo, y llamado Logograma. Por lo tanto, creemos, mayor Rapidez visual en el acto de Reconocer.

2) Los caracteres sinenses poseen y son poseídos por un movimiento, llamémosle, fractálico, y no lineal como el implicado por ejemplo, en la escrituras de corte y origen arábico. Por lo tanto, mayor Rapidez visual en la actividad de componer y Descomponer Textos-Escritos.

3) El Chino es un lenguaje (mono) silábico y tonal. En menor tiempo es posible proferir un mayor numero de mensajes-sonidos identificables y entender el mensaje. Por lo tanto, mayor Rapidez en el proceso de Codificación y Descodificación.

4) En el modo de escritura Chino no existe separación de ningún tipo entre palabras. A un carácter le sigue otro. A un Logograma ya finalizado le sigue otro nuevo. Por lo tanto, cierto Principio de Economía de la Escritura. Y, por ende, mayor Rapidez en la actividad visual Lectora,

5) En el Chino opera un Principio de Parataxis más que de Sintaxis. La Parataxis apunta a cierta Coordinación (Steiner sugiere esta opinión, que compartimos) Por lo tanto, mayor Rapidez en virtud de cierto Principio de (Aparente) Simplicidad.

Las presentes observaciones son discutibles. Sin embargo, contienen algo de verdad. Las afirmaciones son inexactas pero verdaderas. Se fundamentan en cierta Inexactitud Exacta. Cualquier erudito Chino consideraría que en lo que hemos dicho hay cierto desliz, cierta licencia. Es por ello que añadimos a estas cinco polémicas notas, las reflexiones oportunas.

Comenzaremos respondiendo a tres preguntas: 1) ¿qué es un Logograma o carácter sinense?, 2) ¿qué es un Texto Chino?, y 3 ) ¿qué es la Lectura China?, y concluiremos observando más de cerca el Movimiento Chino de la llamada Rapidez.

1. ¿QUE ES UN LOGOGRAMA?

Anteriormente hemos mencionado un característica significativa de los Textos Chinos y la Lectura China. A saber, que la mínima unidad gráfico-semántica coincide con el morfema monosilábico de una idea, leíble en un sólo signo. A saber, el Logograma. Ahora bien, ¿qué es un Logograma? El Logograma es el carácter sinense. Que no es jeroglífico, ni signo. Y que se guía, según algunos estudiosos, por un criterio Logo-gráfico, más que por un criterio Picto-gráfico.

El Logograma, a su vez, no es un Pictograma. Su relevancia hermeneútica supera a la incluida en el mero dibujo o Pictograma. El carácter sinense vive en un mundo textual ciertamente cubierto de blasones, de cifras, de trazos, de palabras oscuras e inacabables. Todo a lo largo de la Página se ven figuras extrañas que se entrecruzan, y, a veces, se repiten. A la vez, el carácter sinense no solo representa una idea (no es un mero Ideograma). Se trata de una suerte de Intersección entre Memoria y Logos, entre Recuerdo (Reconocimiento) y Codificación Conceptual. Aprender Chino es aprender a descifrar la serie de Logogramas, que no indican nada, que son solo Memoria. El Logograma revela un profundo sentido artístico y Onto-Lógico, definitorio del modo de leer y de escribir Chino, y difícil de encontrar en el llamado modo de escribir y leer Occidental. Japón mismo llama a China El País de los Caracteres. Ciertamente, si hay algo que diferencia Oriente de Occidente es el soporte y los instrumentos técnicos y artísticos desde los que se ha posibilitado el camino del Pensar. Recordemos, a propósito, que las Filosofías Nacionales nacen con la muerte del Latín como Lengua culta. Con la muerte de Latín se pierde en cierto sentido la posibilidad de hacer a la Filosofía algo (falsamente) Universal. Desde este punto de vista, podemo suponer que una vez admitamos que hay Lenguas diferentes, podremos decir que hay o ha habido, Filosofías Diferentes, pues toda Filosofía, ciertamente, se funda en un hecho indiscutible: el modo en como esta es leída.

Ahora bien, ¿qué queremos decir al señalar ese modo? El modo al que nos referimos incluye diferentes momentos en el camino del Interprete. Dentro del modo podemos indicar tres momentos fundamentales: 1. el modo de escritura, 2.el modo de lectura y 3. el modo del Texto.

  • El modo de escritura indica el soporte desde el que el pensamiento es interpretado. Se trata de un Lugar: el lugar desde el que se interpreta lo interpretable. Aquí, el Lector se debe someter al juego de reglas invisibles de la escritura. Es razonable pensar que cada modo de escritura revelará, en este sentido, un modo diferente de hacer (Escribir o Trazar) Filosofía. Ello implica, la suposición de que no hay Filosofía, sino Escritura Filosófica. Y, así, Lectura Filosófica. Al recordar que la Escritura, como fenómeno, no es una parte de la lingüística, sino de la Historia del Lenguaje, la Filosofía del Lenguaje o la Hermética, podremos considerar una sospecha: es posible traducir de una lengua a otra pero no trasladar la Esencia del texto traducido. Esta esencia vive y vivirá en la escritura y su modo. Esta vinculada con el instante y la irrepetibilidad. En el soporte arqueológico de la copia facsímil y en la rememoración. De ahí que leer filosofía desde la Lengua Fuente sea fundamental. Y más aún: leer en el original.
  • El modo de lectura se encuentra vinculado con el modo de escritura. Ahora bien, ¿cuando decimos que el Lector lee diferentes Filosofías ya que su Interpretación está mediatizada por la escritura? ¿a qué filosofías nos referimos? Citemos algunas: Filosofías fundadas sobre el Movimiento del Lexema, Filosofías fundadas sobre el Movimiento del Morfema, Filosofías fundadas en la ausencia de Alfabeto, Filosofías alfabeticas (Cábala), Filosofías Astrológicas. Esto es, Filosofías definidas y definibles en virtud de sus determinaciones vitales: la dirección del movimiento de los ojos, el tipo de papel, el tipo de alfabeto o su ausencia, el tiempo invertido en la descodificación, la dirección del giro de la mano al pasar el soporte del pensamiento (página o Rollo): el Orden epistemólogico inscrito en el papel, etc.
  • El modo del Texto ha sido poco tratado, con el queremos referirnos, en primer lugar, al formato físico del original, a la dirección de la Interpretación. Por ejemplo: la cuadratura de los mensajes codificados en pictogramas aztecas y los glifos; la horizontalidad invertida de los Sutras Tibetanos; la matemática verticalidad de los Cánones Taoístas, Budistas o Confucianos; la linealidad curvilínea del Corán; o la grafía "Humanística" de la escritura Carolingia de la littera antiqua etc. Y en segundo lugar, por el modo en como el Texto determina a sus Elementos: hay Gramáticas flexibles, Gramáticas donde el Orden es atribuible, Gramáticas que exigen un Orden implacable, Textos que se fundan en la sub-composición de las palabras (las letras), o textos fundados en la inmediatez del símbolo.


Pero volvamos al Logograma Chino. Este ha permitido un tipo de escritura y de lectura singularmente reciente comparada con otras (piénsese en los jeroglíficos o en los pictogramas mayas) Y un modo Rápido de Lectura. El Carácter sinense funciona como una pieza más dentro del Aparato del Texto. Aparece en el Texto tanto como un Compuesto, como un Resultado Final del Texto mismo. Lo que hace sospechar cierto proceso de Ingeniería textual, notablemente diferente al que opera en el Texto Occidental (que llamamos así, a modo Ideal, a fin de ilustrar mejor una posible Tipología Cultural, con todo, tal vez no real, sino estrictamente Intelectual). La novedad del carácter sinense, con todo, no se debe solamente a su particular ordenación estética dentro del marco limitante, que hemos llamado Texto, sino fundamentalmente por su valor dentro de la línea, la sentencia y el Texto como Página o Conjunto Físico. El Logograma tiene valor individual. Por sí mismo garantiza un significado concreto. Pero, creemos, es menos Individual, autónomo o, simplemente, fuerte, que la Palabra. El Logograma está atrincherado en el texto Chino. El Carácter sinense o Logograma, generalmente, está atribuido, valorado, e incluido, en el Conjunto del Texto en el que vive y se posiciona, en su juego de diferencias, dentro del cual el Logograma depende y adquiere sentido.

Es importante hacer notar ya un aspecto fundamental: el carácter sinense, aún a pesar de su aparente complejidad, procura una lectura cuasi-instantanea. Este hecho, como veremos, responde a la naturaleza (¿externa?) del carácter o Logograma. Este es aprehendido de forma completa, total, directa, en bloque. En cuanto el lector ve el Logograma, este es asociado automáticamente con la idea que se ha querido expresar. La velocidad de Lectura es amenazadoramente superior a la invertida en un sistema de escritura occidental.

Así pues: el Logograma está atribuido en el Todo del Texto y funciona como una pieza de una Arquitectura de Relaciones. Al ser visualmente monolítico (son pocos los elementos morfológicos) es reconocible de forma cuasi instantánea. Al estar Ordenado, sabemos por hábito su sentido dentro de la frase y en que modo debe ser leído. Al no estar poseído por la inexorabilidad de la lectura de Occidente, tolera una Lectura diferente.

El Logograma está en el texto Chino. Procura, al mismo tiempo, un Modo de Texto Geométrico, vincula una lectura no morfemática, su categoría lingüística es particularmente china: no hay alfabeto, no hay letras, no hay palabras, no hay lectura. Estas características son las que nos han hecho hablar de cierta Rapidez en el la Lectura China.


2. ¿QUE ES UN TEXTO CHINO?

Aquel que se acerque a la Escritura China advertirá extrañado que el carácter sinense es geométrico y artístico. Exige un universo de expresión espacial estrictamente definido, pues todo carácter debe escribirse en cierto equilibrio espacial, generalmente cuadricular: cerrado, compacto, laborioso. Hay en el carácter sinense cierto Reduccionismo Estético, ausente en las escrituras occidentales, y más aún, cierto diseño, insuperable. Mientras el carácter vive en un espacio cuadrado, en la cuadratura de su particular situación en el Texto, la palabra, por contra, vive en la línea, en la horizontalidad. Los trazos de pluma de la escritura Occidental son menos que los que se usan en el trazado de caracteres sinenses (8, según P. Demiéville). Así, mientras la Palabra está sujeta a la circularidad, el carácter nace de lo rectilineo.

La Rapidez de la Lengua China y del Chino Clásico se debe, en este sentido, al modo en como el carácter se inscribe en la Página. El carácter es un cuadrado, una pieza, un fractal, un átomo, dentro de un castillo, dentro de un puzzle. El Texto Chino es, ciertamente, una arquitectura textual, en su exacto sentido de la palabra. Se trata de una combinación rectangular de compuestos y partículas casi poliédricas. De hecho, su similitud con el Texto Matemático es peligrosamente singular. ¿Por qué? Por cuatro razones: 1) por su particular organización en la Pagina y en la Línea: se escribe como se deduce (o así parece), 2) por la ausencia de separación entre palabras (no hay blanco ni interlineado definido), 3) Por la ausencia de elementos morfológicos, 4) por el predominio del Orden Gramatical frente al la Libertad Gramatical, y 5) el texto chino produce una lectura quasi algebraica.

En efecto, todo lector no-nativo de Chino, Clásico o Mandarín, advierte que existe cierta tendencia a comparar los Textos Chinos con Telegramas, o, incluso, con formalizaciones Lógicas. Parece, digo, como si a través de la Lectura de los Textos Chinos, y en especial de los Textos Chinos de Filosofía, uno pudiese ver con mayor facilidad la estructura Lógica subyacente al Lenguaje, así como su posible Universalidad.

El diseño de los textos Chinos es verdaderamente hermoso. Visualmente se asemeja a una combinación rígida y geométrica. Como ya dijimos, en Chino no hay separación entre palabras: hay una sucesión de caracteres. No existe el Blanco ni la separación espacial o física. (la fisura en lo simbólico). Hay cierta versatilidad y libertad en la Lectura. Mientras las escrituras occidentales exigen un movimiento ocular de Izquierda a Derecha, la escritura China permite tres movimientos diferentes (1. Horizontalmente,1.1. Izquierda a Derecha (Actual China Continental), 1.2. Derecha a Izquierda (Taiwan y Hong Kong), 2. Verticalmente, 2.1. Derecha a Izquierda, 2.2. Derecha a Izquierda.) El Orden es múltiple. La dirección de los ojos varia. El orden en la escritura no altera el orden de la lectura. Todas las direcciones son posibles.

Hay cierta oposición entre la columna asiática frente a la línea occidental. De hecho, la Filosofía de Occidente sigue obsesionada por su propio sistema de Escritura y de Lectura: con los juegos de palabras, la labor filosófica-etimológica (seria muy difícil de-construir en Chino), con el sueño de un Infinitivo (del que ya nos habla Deleuze), o con el peligroso riesgo de olvidar que efectivamente creemos en un alfabeto.

La terrible seducción y frustración del Traductor al traducir o, digamos, al trasladar de un Lugar a Otro, un supuesto idéntico sentido, se ve ejemplificada en la insuficiencia radical implicada en semejante movimiento. Será muy difícil trasladar a Occidente la sencillez implacable y el silencio de un poema de 4 caracteres chino, o mostrar, sin una extensa nota a pie de página, como el Orden gramatical del Texto Chino traducido no es arbitrario en absoluto, sino que responde a una necesidad epistémica: evidenciar jerarquías conceptuales, categorizar mapas de relaciones (feudales, cosmológicas, Naturales).

Resumimos, el texto Chino es un todo que atribuye, posee una lógica concreta de pregunta y de respuesta, en concreto los textos Lógicos, presenta una geometría poliédrica. Además, tolera direcciones oculares múltiples, (sus posibilidades publicitarias son inmensas) y su modo textual presenta un estilo matemático: en el confluyen dos aspectos, se lee en un orden gramatical inexorable (hay una formulación precisa) y no se lee: se identifica. Tal y como se hace con los números y los signos matematicos.

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