Historia del manuscrito de Gong Sun Long Zi

De Gongsunlongzi
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Textos Antiguos y Misterios filosóficos

Todo Texto Antiguo resume el Misterio de atreverse a Interpretarlo. El objetivo y, al mismo tiempo, suerte de ambición del Interprete, debe resolverse en acercarse al Objeto, en limitarlo, y, así, en revivir a través de la lectura, el Sentido Velado, y, de este modo, leer, o atreverse a leer, como quien resucita a un muerto.

Esta Meta, cualitativa, y así, rodeada de Adjetivo (pues es un Valor) consiste en Interpretar-Adecuadamente. Topamos ya con un término desafortunado: Lo Adecuado. Y nos preguntamos, ¿qué es lo Adecuado? Hoy la Teoría de la Traducción ha convenido en creer que eso que se denomina Lo-Adecuado no es un Valor Objetivo, fijado ni establecido de antemano. Hoy, por fin, Principios Reguladores de un Texto, como el de Coherencia o Consistencia, se han descubierto radicalmente insuficientes a la hora de evaluar la fortuna o desgracia de una Traducción. No se trata, pues, de una nueva ventolera Relativista. La Diferencia es, por fin, tan fuerte como la Identidad. Y ya nadie teme a Whorf. De hecho, analistas de campos tan distintos como el de la Exégesis Bíblica, o la misma Sinología, observaron, con cierto miedo, como existían Traducciones “erroreas”, y sin embargo, Adecuadas, sostenidas y propuestas desde una Coherencia y una Consistencia que derivaban de la propia Traducción, y no del Texto mismo. Este “descubrimiento”, que no derrumbo los fundamentos desde los que leer (pues estos son cerrados: se lee o no se lee) esta toma de conciencia, decimos, hizo que se admitiese que no existe un Axioma de Absoluto en el proceso de Traducción. Y , así, que la Traducción, considerada esta como un Todo, se tratatse como un resultado, una obra de Arte, y, siempre, como un imponderable.

El Texto Original es misterioso pues oculta una Verdad Discursiva, esto es, una Interpretación. La Interpretación es doble por naturaleza, pues vive en el movimiento de Objeto y en el movimiento del Sujeto, el movimiento del Texto y el de la Lectura. Un genitivo objetivo y subjetivo la arrastra, o es arrastrado por ella: Interpretación del autor e Interpretación del lector, presencias inevitables de todo sentido textual. La Traducción, como Entre en donde reside el Sentido y desde donde se Interpreta, puede desvirtuar y malograr el hipotético sentido original (Axioma de Sentido Traductológico).

Es así que no debe leerse una, y sola una, traducción del Igitur de Mallarme, sino varias. Y más aún, debe leerse en Francés, la lengua en la que fue por primera vez escrito.

Como vemos, el Concepto Interpretación-Adecuada es cultural. Precisamente porque toda Lengua lo es también. Es así que no conviene pensar que el Texto, en sí mismo, en una suerte de Vida propia, es el que oculta el secreto de Lo-Adecuado. Pues el Texto, por definición, se presenta de Golpe, en un Zas, suerte de Silogismo Disyuntivo Epistemológico. Por contra, Lo-Adecuado es una Consecuencia, un Detrás, y no un Delante, pues es una Categoría de la Lectura, y no, como se pudo pensar, una Categoría en sí misma. De ahí, que la Crítica Textual Contemporánea, y en concreto, el campo de la Traductología, sostenga que no hay una sola y única Traducción-Adecuada, sino muchas. Todas ellas aproximadas, y, por ende, todas ellas siempre Diferentes. Por ello, los Criterios que rodeen al Texto serán siempre los de la Interpretación, que, parece, habita, por sí misma, en un Lugar privilegiado, que desconocemos del todo.

Ahora bien, si comparamos el acto de Traducir un Texto contemporáneo, escrito en una lengua viva, con el de traducir lo que podríamos llamar, un Texto Antiguo, Sumerio o Egipcio, por ejemplo, surgirán, inmediatamente, distancias y horizontes diferentes, tanto en el método aplicado como en la organización seguida. Frente a un Texto Antiguo, el Traductor normalmente carece de los instrumentos necesarios para llevar a buen fin y completar, con justicia, su labor. Sin embargo, y sorprendentemente, es capaz de realizarla. ¿Cómo es posible? ¿qué antecede a la Traducción? ¿acaso se subordina esta a algo anterior? ¿es cierto, entonces, que se puede traducir un Texto escrito en una Lengua Muerta sin la ayuda de un diccionario? Y si es posible, ¿desde donde? ¿a qué Lugar debe uno girar los ojos? Y más aún, ¿no quedará cegado ante la infinita gama de posibilidades? Sucintamente hemos inaugurado el ensayo subrayando por un lado, el Principio de Interderminación Traductológico, y por otro, la presencia del Genitivo de la Interpretación. Sin embargo, la Reconstrucción Textual, ávida como disciplina científica, busca determinaciones y hechos, pues solamente de este modo es capaz de llegar a su objetivo: dar sentido y posibilitar la Transmisión. Si recordamos que, a excepción de algunos casos, ninguna Lengua está completamente muerta, lo apropiado sería decir que el Traductor de textos Antiguos trata con momias o cadáveres, que puede diseccionar. Y no con meros seres invisibles, inatrapables. En efecto, el Traductor sabe que ningún Diccionario está del todo concluido. Sabe que la Lengua vive y acontece en dos Lugares diferentes: en sí misma (Lugar Acentrado), y en otras Lenguas. Y sabe, además, que, por definición, el Lenguaje no es algo cerrado y concluso, sino Abierto (de ahí su carácter Transcendental): la presencia, casi santa, del Otro, lo testimonia. No existe, así, una Lengua única, asolada. El Sueño Hebreo de una Lengua de Todas las Lenguas es vano, pues toda Lengua pertenece, siempre y por derecho, a una Familia.

Así, el Traductor de Textos Antiguos no solo Traduce, sino que Pre-Traduce, esto es: descifra. Y en su búsqueda, determina nexos y víncula. Esto es: se retrotrae. Si pensamos, por ejemplo, en uno de los botines de guerra Británicos más importantes del siglo XIX, la Piedra Rosetta, advertiremos esta génesis. En efecto, David Akerblad traza la primera línea retrospectiva y relaciona el Copto con los jeroglíficos. Y finalmente, encuentra los signos equivalentes de la letra “p” y “l”. Luego, Thomas Young descompone el texto Demótico en palabras aisladas y las relaciona con los jeroglíficos. Y más aún, advierte la existencia de un cartucho, en donde el nombre de Ptolomeo, está encerrado. Finalmente, Champollion, que es ciertamente, el cangrejo y el espía más sobresaliente del siglo XIX, se percata de nuevas equivalencias, y cataloga, sistemáticamente, los signos jeroglíficos con su correspondientes signos en Hierático y Demótico, y logra, así, lo que parecía imposible: determina algunos sufijos, y, una vez más, relaciona los jeroglíficos con el Copto. Finalmente, conociendo que la mayoría de los textos Antiguos refieren a hechos gloriosos, batallas o reyes, descubre que existen valores fonéticos comunes. Champollion, como Grotefend, en la escritura cuneiforme, supo aceptar la generosidad de los nombres propios y las fórmulas estereotipadas.

Muchos Textos Antiguos toleran esta invasión, pues su territorios están definidos y son claros. En el caso de que no lo estén, el Traductor se transforma en un estratega, en un invasor: marca un territorio, crea una comandancia y delimita provincias. O dicho de otro modo: hace del Texto, un Estado.

La Reconstrucción Textual, que nace con la primera traducción, es consciente de que las fronteras de un Texto y la existencia de un Inter-lengua, en una Lápida de basalto trilingüe de 196 a. C, son instrumentos fundamentales para el desciframiento y la traducción. Como vemos, para ello es necesario establecer semejanzas y diferencias con otras lenguas, y, en consecuencia, aprender a vincular y a determinar posibles sentidos. Esta es, de hecho, la clave de los textos Bilingües. Este juego de diferencias y semejanzas existe de forma efectiva en toda lengua. Desvelar la convención y hacer un inventario de equivalencias es el primer paso. Sin embargo, el Texto que nos ocupa, el llamado Gong Sun Long Zi, resulta incluso más increíble. Es, en este sentido, un reto, pues rompe algunas de los modelos clásicos usado por la Tª del Desciframiento y de la Traducción Tradicional. ¿Por qué? ¿cuáles son los obstaculos? ¿se trata acaso de un texto intraducible? Y si es traducible, ¿qué es eso que se opone, de forma tan solida, a una Traduccion “Adecuada”? Examinar el problema se torna imprescindible. Son muchos las dificultades. Examinemoslos brevemente.

El primero obstaculo visible es que en él no hay cartuchos. O dicho de otro modo: no es posible una Puntuación exacta y precisa de sus 5 Tratados Lógicos. De este modo, resulta casi imposible saber con seguridad donde comienza y acaba una sentencia. ¡Igual ocurre con el Codex Vaticanus!, pensara alguien. En efecto, la presencia de scriptio continua no puede ser de ningun modo la causa de un abandono completo. Más bien, se trata de una imposicion lexicográfica que la exégesis moderna cree posible superar. Sin embargo no es este el problema sino otro, que afecta directamente a la misma capacidad del Traductor, a saber: el Principio Organizativo del Texto (y por ende su contenido) no es lineal, sino circular. Así, una puntuacion incorrecta haria que el curso deductivo originalmente impuesto, se perdiese para siempre. Ahora bien, ¿cómo saber cuál es la puntuación correcta? Los comentarios interlineales presente en la copia de que disponemos, y que separan las sentencias del Tratado del Caballo Blanco y del Zhi Wu, han sido revisados e incluso corregidos. La lectura que de estos Tratados realizaron monjes o discipulos no son desde un punto de vista hermeneutico infalibles.

Por otro lado, aun compuesto por un vocabulario concreto, que conocemos y que es posible traducir, se resiste a los métodos de dilucidación tradicional. Ciertamente no es suficiente con saber que significan las palabras: hay que saber como ordenarlas. De hecho, una de las técnicas de la RT, una vez concluido el proceso de desciframiento y segmentación de sentencias (Hermeneútica de la Puntuación), no es otro que el de determinar el estilo del Texto, y así, encuadrarlo en un Genero Literario hipotético. Con ello, el Traductor elegirá, tal vez más acertadamente, que aproximación traductológica conviene realizar sobre el texto a fin de territorializarlo, y, por ende, al ordenarlo.

Ahora bien, ¿por qué es tan importante este Orden? Uno de los Principios básicos que el Crítico Textual considera es el de Orden, esto es: a todo Texto subyace un orden. Como vemos, la tarea no es otra que la de la Precisión epistemológica. Y esta es doble: por un lado, se ha de acertar en el Sentido-Significado “adecuado” de un término; por otro, se ha de ser fiel al orden del Sentido-Gramatical. La responsabilidad no es poca. Pues Orden y Significado determinan la Lectura. Uno de los ejemplos más importantes en la Historia de la RT fue la dilucidación de los sentidos y diferencias entre 1) y 2) todavía hoy en debate y que legitima posturas Gnósticas sobre el Material usado por el Demiurgo en la Creación del Mundo. En el caso de los Textos de Filosofía esta elección es particularmente relevante. Hay veces que la Gramática subsume a los Términos, y de este modo, uno debe observar y desarticular el movimiento de la idea a través del movimiento de la Gramática; otras, es el término, palabra o carácter, el que por sí mismo, valora y fija el movimiento gramatical. Saber elegir es saber cómo traducir.

Es cierto que esta toma de postura epistémica y de acercamiento a un Texto Filosófico es generalmente arbitraria, y que resulta apropiada a la hora de decidir si debemos Pensar lo Escrito en virtud de sus implicaciones formales o de sus implicaciones lexicográficas (Deaño subraya esto en sus conclusiones de Las Concepciones de la Lógica). Subrayemos ya que el Traductor no es un Lógico ni un Matemático. Y que el Texto Filosófico, se comporta con un doblez que propicia confusiones. Este, posee, o es poseído, por una Adjetivo cuantificado, y al mismo tiempo, por una constantes inatrapables. Así, es justo realizar una Estadística de la Cualidad y del Valor. Algo, que por otro lado, es casi imposible y desalentador.

En este sentido, el texto de Long se resiste una vez más a ser ajustado a unos principios previos desde los que desplegar un marco conceptual desde el que poder traducirlo inequívocamente. Para leer el texto de Gong Sun Long Zi, es preciso Traducirlo, y, más aún, Pre-Traducirlo, indefinidamente, sin término aparente. Por un lado, el Gong Sun Long Zi se encuentra desterritorializado. Por otro, no es Uno ni Múltiple. Y sin embargo, está plantado.

Todo texto está Plantado. Y esta es, posiblemente, la razón por la que el Hombre cree que todo se puede traducir. Sin embargo, a veces, la Traducción no garantiza la Interpretación-Adecuada, que es el anhelo del lector. Si bien, ambos a dos, Traducción e Interpretación, quieren ser una y la misma cosa, también es cierto que tal Silogismo Disyuntivo solo representa un supuesto ideal desde el que poder mantener el sentido de la búsqueda. La primera mitad del siglo XX es sin duda uno de los periodos más sobresalientes de la Historia de la Reconstrucción textual. El texto de Gong Sun Long es descifrado, analizado y traducido. Un grupo de traductores e investigadores, sin contacto ente ellos, incansables y posesos, y la mayor parte de ellos, sin status académico, presentan los resultados de décadas de estudio. Su hazaña, marginal, resulta desafiante. En efecto, el texto de Gong Sun Long es uno de los pocos testimonios de la Literatura filosófica China que establece un modo sistemático de razonamiento, semejante al que la Filosofía Europea alcanza bajo la disciplina de la Lógica Griega.

La traducción del texto Gong Sun Long Zi de la que hoy disponemos exigió el vigoroso esfuerzo de un pequeño grupo de especialistas. Así pues, para apreciar la fugacidad y, al mismo tiempo, la permanencia, de sus trabajos, debemos mirar al texto mismo, y atender a sus características.

Tres son los objetivos de esta sección: el primero, ofrecer al lector, no entrenado en las técnicas de Reconstrucción textual de la Sinología Contemporánea, las guías historiográfica suficientes a fin de que pueda advertir (y leer) la presente compilación de ensayos, y, así, que pueda observar Imponderables Lingüísticos, o dicho de otro modo: los tesoros exégeticos de lo no-dicho, decisivos para concebir la Historia de la Filosofía como un proceso con sentido. El segundo, admitir, que incapaces de establecer una topografía suficiente de la problemática presente en los 6 Tratados de Gong Sun Long Zi, no deben negarse o despreciarse los esfuerzos por pensar los ritmos desdeñados de la Escuela de los Nombres. Y por ultimo, mostrar como la vida y avatares del texto del Gong Sun Long Zi resultan imprescindibles para entender el texto mismo.

La génesis del texto de Long

El GONG SUN LONG ZI es un texto temprano. Y de múltiples redacciones. Fórmulas gramaticales, vocabulario, y también, testimonios bibliográficos, toleran la tesis de que fue escrito por el Debatiente Gong Sun Long, de estilo propio e identidad filosófica concreta, a comienzos del siglo III a. C. Pues esta fue la fecha en la que el texto fue concebido, y según testimonios históricos, debatido. Es algo generalmente aceptado el hecho de que en el periodo de los Estados Guerreros, en el que fue concebido y transcrito el manuscrito que nos ocupa, “a bearing the name of a certain person was not necessarily written by this person” . Con todo, el siglo III a. C. indica un momento particular del texto: su concepción y la fijación del Original, que tradicionalmente se ajusta a dos Tratados, y no a los 6 que forman el texto completo que lleva su nombre.

El destino del manuscrito original del dialéctico Long corrió una suerte desafortunada. Tres fueron los rollos de seda a los que fue transcrito el supuesto original, y sin embargo, tres también las redacciones que parecen, lo conformaron e intervinieron. A su vez, son también tres los Territorios donde es posible situar el discurrir de la copia o del original: el bambú, el juan y el Canon. Parece que el texto de Long corrió una suerte incierta desde su nacimiento. De hecho, el manuscrito original de Long que ha llegado hasta nosotros, parece mutilado. Si hemos de definir el texto de Gong Sun Long Zi lo haremos subrayando que no se trata de un Libro. Sino de una compilación de textos, que aunados en una edición final, y en honor al supuesto autor, llevan su mismo nombre. Así, Gong Sun Long Zi indica el éxito de la tarea editorial y compilatoria del Taoísmo: la contribución, el documento, la historia erudita.

Ciertamente, el texto de Long presento muchas dudas y misterios a todos aquellos lectores que se acercaron al compendio y lo examinaron. A partir del siglo XVI, y una vez editado, el manuscrito se lee y se estudia, y surgen las primeras intuiciones.

Todo lector utiliza y evalúa en la lectura a través de un Criterio de Coherencia. Y el texto de Long no presentaba ni toleraba un cobijo semejante. No encajan piezas. Era ininteligible. E incluso Absurdo. Ello fue lo que llevo a cierto grupo de eruditos a encararse con el texto y aventurarse en conclusiones razonables. Pues este como legado único, hacia urgente y necesaria, una dilucidación al menos aproximada. La Reconstrucción textual a fin de determinar la presencia de Sentido, e integrarlo en la Tradición, utiliza tres instrumentos de análisis, aunque varían los métodos: el análisis secuencial, el análisis diferencial y el análisis de concreccion (cumcrescere: crecer conjuntamente). La pregunta no apunto, pues, a un posible Sentido en el texto, pues este ha de tener Sentido (suerte de supuesto desde el que partir) sino a cómo se había articulado el Sentido y el contenido teórico que permanecía en él. La labor fue así doble: se busca la Mismidad en el Fragmento, y viceversa: la Diferencia en la Mismidad. Casi todos las investigaciones publicadas en torno al texto llamado Gong Sun Long Zi observaron ciertas irregularidades, y buscaron perfilar, aristar y proponer soluciones a los peligros de un lectura velada e incompleta. Los resultados no se hicieron esperar. El consensus final lo determino los trabajos del occidental A. C. Graham: el Gong Sun Long Zi era un compendio, suerte de miscelánea de Tratados Dialécticos. La variación de estilo, los cambios en el vocabulario, las asimetrías gramaticales, enfrentaban un Tratado con el siguiente. Así, cabía suponer que no había uno, sino tres o cuatro autores. Las “pruebas” justifican las sospechas. La autoría del Tratado primero, Colección de reliquias, le correspondía a un discípulo, copista o comentarista, tal vez uno o dos siglos posterior a Long y suerte de Biógrafo; el Tratado Segundo y Tercero, Bai Ma Lun y Zhi Wu Lun, habrían estado a cargo de un Debatiente (Gong Sun Long Zi), o de discípulos Debatientes. Se mantuvo, sin embargo, la duda de si se trataban de copia escrita del celebre Sofisma (el termino “Sofisma” es inadecuado) transmitido oralmente o de si fue efectivamente transcrito. El Tratado Cuarto y Quinto, Separando la Dureza y la Blancura y Comprendiendo el Cambio, serian resultado de filtraciones lógicas Neo-mohistas, pues los paralelos con el Canon Mohista son insalvables. Y el Tratado ultimo o sexto, Nombres y Hechos, de estilo taoísta, pudo ser una addenda anónima a modo de comentario. Tras Graham pocos han sido los que se han aventurado a añadir. Sin ser meras conjeturas, sus conclusiones resultan plausibles. Y la utilidad de ponerlas en tela de juicio es poca. Decir, después de Graham, que es probable que existiesen otros pian ƪ (término utilizado para indicar tablas de bambú o madera ) y, así, otros lun ÂÛ Tratados, además de los que hoy podemos consultar, y que estos formaron parte de un original definido y cerrado, de extensión indeterminada, sería del todo injusto. En este caso sería apropiado pensar que tales ensayos fuesen perdidos muy poco después de ser escritos, pues no existe mención alguna, ni en Anal ni en Compendio Bibliográfico posterior a la descorazonadora, y breve mención que podemos encontrar el Han Shu ºº Êé, °Ù ñÄ , Ö¾ que en su capitulo dedicado a "Filósofos, sección Lógicos", afirma que el Gong Sun Long Zi tiene 14 pian ƪ.

Tal perdida, irreparable (si la hubo) hace pensar en una gran obra implacable. Y al mismo tiempo, admitir también la franca posibilidad de su completa inexistencia.

El manuscrito que hoy podemos consultar y que lleva el nombre de GONG SUN LONG ZI, en su versión de Canon Taoísta, está dividido en 6 Tratados. El primero, Colección de Reliquias, de carácter biográfico, y espurio. El segundo y el tercero, los célebres Tratados del Caballo Blanco y el Tratado Zhi Wu (que hemos traducido como El Significar y las Cosas), genuinos y de invaluable valor filosófico, pues reúnen las virtudes del modo de Decir Debatiente. El Tratado cuarto y quinto, Comprendiendo el Cambio y Dureza y Blancura, de resonancias Neo-mohistas. Y un sexto Tratado, Nombres y Hechos, también espurio e inclasificable, y testimonio de una posible Teoría de la Correspondencia. La existencia de tres (o cuatro) redacciones diferentes parece hoy un hecho indiscutible.

Ciertamente es fácil aventurarse en suposiciones. Y fracasar, o peor aún: no saber siquiera si se ha fracasado. Como tanto otros manuscritos antiguos, la colección de Escritos que hoy denominamos con el nombre de GONG SUN LONG ZI vive en cierto anonimato.

Esta, a nuestro ver, puede ser denominada como Primera etapa del texto de Long, o etapa Pian. A saber: su concepción, redacción completa en tablas de bambú o madera y su presencia contextual dentro de un marco filosófico concreto, el Pre-Han. Como ya hemos dicho, el silencio y el olvido rodearon la obra de Long (en el caso de que ciertamente él fuese el autor). Solo recupera esta su merecida presencia después de su difusión a través de la impresión del Canon Taoísta de Zheng Tong.

Lecturas del texto de Gong Sun Long

Es a partir de Lo que hemos llamado Segunda y Tercera Etapa del Manuscrito de Long (vease cuadro cronológico), cuando sus lectores tuvieron que vérselas con las inusuales operaciones que su lectura procuraba. Analistas modernos y contemporáneos descubrieron en el Tratado Segundo de Long, aquel que trata sobre el Caballo Blanco, una curiosa inestabilidad. Ni el Tratado Segundo ni el tercero, ambos a dos, de rara profundidad, eran comprensibles: sus conclusiones no derivaban de las premisas, también veladas; sus deducciones parecian incompletas; su modo de transmitir, no era satisfactorio. Por un lado, una primera y cuidadosa lectura parecía indicar que la tesis del Caballo Blanco, aceptaba y llevaba dentro de sí, una suerte de formulación Paraconsistente del Mundo, y al mismo tiempo, un Génesis, inversa y extraña, pero identificable. Según esta interpretación el Tr. 2 de Long sostenía una génesis particular sobre la Relacion entre Lenguaje y Pensamiento, a saber: los Hechos ʵ, en tanto Nombres Ãû, deben estar dominados por algo así como una Lógica de la Combinación, de reminiscencia Confucianas.

Sin embargo, para Long, el orden en la combinación de los Nombres no se corresponde con el Orden de los Hechos. Precisamente porque el Orden de uno y otro son de naturaleza diferente. Nombre indica una Estado de Cosas diferente del que los Hechos presentan. Ha de aceptarse esta distancia. Y superar, así, la Quiebra, la Distancia.

La segunda interpretación, que coincide también en subrayar la importancia del Orden, atiende, sin embargo, a la tesis de que el Tr. 2 y 3 no tratan unica y exclusivamente sobre el Hecho y el Nombre y su mutuo movimiento, sino sobre dos conceptos lógico-filosóficos, a saber: el de la Negación y el de la Pertenencia. De este modo, Long no estuvo interesado en una Teoría de la Correspondencia, sino en la Teoría de la Demostración.

La excusa hecha por tierra una vez más la legitimidad de una Interpretación y Lectura Adecuada.

Así, resultaba imprescindible una distinción tajante en el seno mismo del texto a fin de plantearse que se quería decir. El texto de Long era un texto rebelde: dejaba leer pero no se dejaba leer. Las tres dimensiones que conforman un texto estaban pervertidas. Ulteriores análisis descubrieron con satisfacción las causas: por un lado, algunas sentencias se repetían, por otro, existía un uso indebido de las partículas negativas •Ç, ÎÞ, ²». Conscientes de que el Mensaje es a menudo un esclavo del Orden, fue por tanto urgente establecer distinciones y delimitaciones en el seno mismo del Tratado, y puntuar con la exactitud que supuestamente opero en el original, el curso de la argumentación primigenia. Se trataba, simplemente, de una dilucidación del Principio de articulación de la exposición, que parecia ausente en la Copia que se disponia del Manuscrito de Long. Resultaba imposible pero necesario saber como estaba dispuesto el manuscrito original, pues este estaba perdido. Asi, conscientes de que ordenar era la labor principal, los Analistas de Long decidieron reconstruir el Modo en que este fue escrito, y así, reinventar un Modelo Ideal del Original Primigenio. De hecho, incluso el más antiguo documento del que disponemos en la actualidad y del que deriva la llamada escritura Cuneiforme, la Paleta de esquisto azul, del 3000 a. C, presenta ya un diseño y una maquetación concreta, que separa y delimita de manera rudimentaria, pero eficaz, con trazos verticales y horizontales uniformes, episodios, a modo de sentencias o mensajes. El mismo Código de Hammurabi, del siglo XVI a. C, invita a imaginar que hubo consideraciones sobre la necesidad de una edición cuidada y exquisita. Ciertamente, la maquetación es consecuencia de una búsqueda de Orden. Precisamente porque el Orden es, desde un punto de vista epistemológico, necesario. Su uso, maduro o no, implica la toma de conciencia sobre la obligación de Transmitir con exactitud. Refleja una necesidad, y al mismo tiempo, una condición de la escritura: el Lenguaje se mesura en y a través del tiempo y el espacio. Toda Escritura es una Pragmatica del Lenguaje.

Sin embargo, como ya dijimos, la lectura del Tratado del Caballo Blanco es circular. Contenido y Forma creaban un “Bucle Extraño”. Y una vez en él, el lector era incapaz de seguir el curso deductivo del razonamiento. Los frecuentes corolarios que el lector opera sobre sí mismo al tiempo que lee, y sobre los que chispea, no son, de hecho, respetados. Posibles respuestas al problema planteado originalmente resulta insolubles, y mas aún, se tornan absurdas. Además, ocurre algo sorprendente: una vez concluida la Lectura uno no es capaz de decir con seguirdad si esta ha finalizado o no. Al Texto, concluido o mutilado, solo le restaba un Silencio, y cierta sombra de auto-ironia. Decir que el Texto era, ciertamente, un Caos, no es exagerado. Y el Lector era transformado a su vez en un Caos. En efecto, no era posible confirmar ni refutar la tesis de Long, sea cual fuere. Así, era fundado sospechar que el Tratado del que se disponia habia sufrido cambios, y que la Copia sobre la que se Pensaba no constituia un punto de referencia adecuado. Por ello, las miradas se volvieron de nuevo hacia atrás. La unica solucion posible era la de Imaginar como fue el Original.

La solucion al enredo que se venia viendo ya en trabajos precedentes, vino, una vez más, de mano de A.C. Graham, quien en su estudio The order of the writting strips, propuso una teoria explicativa, a saber:

The easiest explanation for such confusion is that the sections have been transposed, after the rotting of the strings tying the wooden or bamboo strips.'

¿Cómo estaba escrito el Texto de Long? ¿cuál fue el material usado? ¿acaso fue deliveradamente escrito en desorden? Todo parece indicar que el texto se pudo encontrar escrito en tiras de bambu. En la actualidad no disponemos de documentos anteriores al periodo de los Estados Guerreros.

Nos proponemos ahora enumerar algunas de las características de la maquetación del manuscrito original. Aunque a sabiendas que al Lector le interesa el Mensaje, y no el Medio físico en donde este fue inscrito, nos resulta urgente y necesario detenernos en estos dos Tratados de Long y formular hipótesis sobre el material en que este fue escrito.

A este respecto pueden consultar:

Breve Historia del Texto

LA COPIA EL PERIODO JUAN

Lo que podría denominarse como Segunda etapa del texto de Long o etapa Juan encaja en la mera conjetura historiográfica. En efecto, tuvieron que existir y circular copias del manuscrito original, y tuvo este que ocasionar cierto debate. Sin embargo, el destino no deparo tampoco vientos benefactores al original. Pues no existe rastro alguno de copia ortodoxa. Ni en el Canon Budista ni en el Confuciano contienen referencia alguna al manuscrito. Además, las menciones y las referencias a él son pocas. Y no existe Anal Pre-Han alguno desde el que poder contrastar sospechas o intuiciones. El texto de Long vivió así en cierta sombra. Testimonios revelan cierto miedo y recelo ante el texto, ininteligible y oscuro en extremo.

Circulo así, un manuscrito que llevaba el nombre de Gong Sun Long Zi. En memoria del autor, y con el que fue catalogado. Y es posible aventurarse en la tesis de que el texto callo entre los siglo II o IV y XI, apilado entre otros rollos de seda o papel (“the most popular material for writting invented in the second century A.D.” según Tsuen-Hsuin Tsien ). Y más aún, que fue poco leído y menospreciado.

Durante esta Etapa se realizo una Copia de algunos de los Tratados de Texto de Long. Es agradable sospechar que el texto permaneció tenazmente a través de escritos y colecciones privadas o Academias. Y deberiamos aventurarnos en la suposición de que no fue transcrito demasiadas veces. Desconocemos también cual fue el formato en el que se encontraba, el tamaño de sus páginas, el material utilizado y el numero de capítulos de este original extravagante. Si se encontraba este anudado o en rollos de seda. Sin embargo, esta segunda etapa contiene, sin duda, las claves necesarias para averiguar algunas de las incógnitas textuales del texto. Es, sin embargo, imposible siquiera contrastar. La conjetura guía esta laguna. Y esta no da luz sino que oscurece y enferma en cierto sentido el trabajo del analista.

Es en esta segunda estado del texto de Long en donde debemos lanzar la hipotesis de cierta intromision por parte de copistas o comentaristas. Nos referimos por supuesto al problema de la CORRUPCION GRAFICA. Caracteres aberrantes, obliteraciones en los trazos (poco frecuentes), enmendaciones y correcciones (creemos que con buena fe) pudieron realizarse ininterrumpidamente en este periodo (también indeterminable y al que nos hemos aventurado a territorializar). La tesis de que el escriba (o los escribas) erraron en la copia, o que deliveradamente, añadieron o eliminaron, caracteres, parece plausible.

Ahora bien, ¿qué tipo de intromisión pudo existir? La Reconstruccion Textual apunta generalmente tres posibles respuestas:

  1. la primera, y desconrazonadora, indica al mismo texto, al original. Es posible la presencia de un sinsentido deliverado en el original. En este caso, la copia fue fiel. Sin embargo, esta tesis obvia la diferencia de estilos entre los llamados tratados originales y tratados espurios. La tesis de un sinsentido originario abre las puertas a un estilo de Absurdo. Y este, creemos, no se encuentra presente en ninguno de los Tratados. Esto implicaria que la Sofistica China fue una Tª del Sinsentido. Sin embargo, si en algo destaca en texto de Long es sin duda por su especial organización gramatical, de naturaleza logica y sistematica. Suerte de algebra del razonar. El texto hace que dirijamos la mirada hacia una luz. Pues no es simple oscuridad. Es posible también que se tratase de un texto reservado al propio Gong Sun Long Zi, en donde se anotaba lo necesario, o de los apuntes sueltos de un estudiante (tesis de la .
  1. la segunda, refiere a la Intromision. El copista (o “el Copiante” como lo denomina el Padre Feijoo al referir a la Poética) se tomo ciertas libertades. Pudo, en primer lugar, inclinarse ante la seduccion de Purificar el texto, ininteligible en un principio. Y, así, elimino o añadió caracteres. Suprimió estorbos y limpió aditamentos. O, por otro lado, pudo realizar una doble redacción, superpuesta, o añadir en el corpus del Tratado notas o pequeñas adiciones, que pudieron ir desde un único carácter a la repeticion de sentencias completas, a fin de mostrar estilizar el original. Los corta extensión de los tratados originales de Long justificaría esta tesis. Su brevedad y carácter sintetico pudo resultar molesto. Y añadir corolarios o desvelar y repetir conclusiones pareció lo apropiado.
  1. A esta tesis puede añadirse una nueva: el error de copia. El mismo Graham sostuvo que los tratados Logicos neo-mohistas podian haber sido objeto de esta suerte de equivocos. Un ojo cansado o la falta de atención, pudo provocar una degeneracion progresiva. El carácter chino da pie a esta suerte de mutaciones, como por ejemplo: ľ---- ²Å---- Ê¿ . Sin embargo, los caracteres que las investigaciones pasadas y presentes presentan como mutaciones discutibles, son en su mayoria piezas lógicas y claves causales. El simple hecho de pensar que una partícula como zhi Ö® pudo sustituirse por ye Ò² hace temblar. Por otro lado, también es plausible la tesis de que el ojo cansado del copista equivocaba lo que queria equivocar. A estos interrogantes deberiamos añadir uno nuevo, a saber: plantearnos si el escriba intentaba o no, comprender el texto, o si, por otro lado, sencillamente procuraba ajustar ordenadamente el texto en las columnas adecuadas y en bloques.

Sin embargo, al igual que los escritores del Canon Neo-Mohista, que raramente usaban palabras poco corrientes, el vocabulario presente en el Gong Sun Long Zi, sorprende por su economia y sencillez. La Crítica aseguró orgullosa que a excepción del Tratado Primero, Colección de Reliquias, que hemos de encuadrar en el genero Biográfico-Literario más que en el Genero Debatiente (si es que este existió), el vocabulario de los demas Tratados es repetitivo y conciso. Este, reflejaba una suerte de Código concreto, divisorio, que se opera a sí mismo en juegos de antoniminias, de gran precisión. Sin embargo, este “descubrimiento”, alentador en un principio, llevo el problema aún más lejos. Un nuevo obstaculo, intuible en una primera aproximación, hizo su aparición. Los Textos Filosoficos (concretos, simbólicos, irrepetibles e indisponibles ) viven generalmente en un plano de doblez semiologica, y se perfilan en dos regiones enfrentadas, a saber: la consideración de Unidades de Comprensión, o bien Grandes (Discurso) o bien Pequeñas (Palabra y Clausula). Así, la atención exégetica está siempre fundada en el Punto de Vista. De hecho, el Contraste y la Oposición son los factores cohesivos ideales que se buscan en toda Interpretación. Pero un Texto, paradojicamente, puede ser también una Palabra o un Carácter. Pues bien, la excesiva economia léxica del texto de Long, y en concretamente, la presente en los Tr.2 y 3, producian el temido efecto de la Sobresaturación conceptual. El Tr. 2, fundaba su movimiento discursivo alrededor de una sentencia, a saber: “Un Caballo blanco no es un Caballo” °× Âí •Ç Âí Ò² , de modo que la oración se convertía en la unidad "natural" de traducción, y, por ende, de Interpretación. Huelga decir que la Oración se transformo en la pieza y el criterio regulador básico, dejando a un lado al Caracter en tanto caracter. El Tr. 3, sin embargo, presento un camino inverso. Pues no era la Oración la unidad de Interpretación, sino el Caracter, zhi Ö¸, sobre el que se sustentaba el principio organizativo del Tratado. Tanto la Oración como el Caracter eran ciertamente Propiedades integradas. Sin embargo, no eran determinables, precisamente por estar sobresaturadas.

El texto de Long presentaba así las caracteristicas precisas para que el Sueño de la Traducibilidad Completa quedara a un lado. El simple descuido y error de un copista al transcribir un carácter u saltar una oración, o la Intromision, afectaba de manera mortal a lo que Delisle llamo “Organicidad textual”, arruinando el Principio de Coherencia y, así, toda posible Lectura. Sin duda, ell debate quedaría cerrado si se pensasen las palabras de Valentín García Yebra: “Es una ilusion creer que pueda establecerse siempre una separacion neta entre la redaccion original y los aditamentos posteriores”

EL LEGADO FINAL O EL PERIODO DEL CANON TAOISTA DE ZHENG TONG

La Tercera etapa del manuscrito de Long o etapa del Dao Zang, tiene una fecha concreta. Y es 1445. El texto de Long, archivado en algún lugar, ha sobrevivido a la Historia. El hecho de que perviva es del todo extraordinario. Parece que, a excepción del Tratado Segundo, aquel que versa sobre el Caballo Blanco, presente también en el Nan Hua Chen Jing Zhang Ju Yu shi (1084) ÄÏ »ª Õæ ¾­ Õ ¾ä âÅ ÊÂ, con prefacio de Cheng Jing Yuan ³Â ¾° Ôª (que hay que incluir como un trabajo bibliográfico eminentemente taoista), una copia milagrosa que perduro durante siglos, es compilada, e impresa, en blocks por los monjes taoístas durante el siglo XV. Sesenta y tres años de incansable trabajo (1436-1449) permiten que el Gong Sun Long Zi y otros muchos otros trabajos, entre los que hay que subrayar el Yin Wen Zi, célebre por su reflexión en torno al Nombre y la Forma, sea incluido definitivamente en el Canon Taoísta de ZhengTong, cumbre enciclopédica del conocimiento Taoísta. Solo cuando empiece el celebre trabajo compilatorio de los monjes taoístas Ming Cheng Zu (1403-1424) y Chang Yu Chu (1361-1410), por edicto del Emperador XXX, que podrá ser rescatado y desvelado. Y no por un interés académico o religioso, sino más bien, en virtud de cierta rutina editorial e incansable afán compilatorio. Son, de este modo, los Taoístas los que recuperan e integran el manuscrito de Long (aún siendo este de carácter extraño y ajeno al espíritu filosófico y religioso que caracterizo al multiforme taoísmo del primer milenio) en el Canon. Ahora bien, ¿es esto todo? ¿concluye aquí el misterio? Y todo esto, ¿para qué? Es aquí en donde la Reconstruccion Textual comienza su quehacer, y en donde, tristemente, debe mover sus piezas. Nos asaltan preguntas como las que a continuacion siguen: ¿escribió Long el manuscrito? ¿o acaso dicto a sus discipulos y fueron estos los que transcribieron el texto? ¿hay ciertamente capitulos espurios? Y si los hay, ¿cuando fueron redactados? Y más aún, ¿quienes lo hicieron? ¿qué tesis o voluntad filosofica les movió? ¿es pues la reflexion Pre-han sobre la Esencia de los Nombres un momento puntual en la Historia del Pensar Clasico Chino? ¿O incluso, una mera construccion teorica sin mayor alcance? Y otras de tipo textual: ¿podemos seguir confiando en el testimonio del Han Shu? ¿o podemos creer que aún hay nuevos pian que desenterrar? ¿es suficiente justificar la ausencia de relevancia del Han Shu simplemente por el hecho de que “There was a great deal of interest in the paradoxes of the dialecticians during the Three Kingdoms and The Six Dinasties, so that is no difficult in finding a motive for forging a work in the name of Kung-sun Lung”  ?

Es extraño pensar en una toma de conciencia efectiva del problema del Lenguaje en la China Clásica. Nos gustaría pensar que el texto de Long fue avalado por filósofos anónimos y copistas iluminados, y que, incluso, una suerte de Teofrasto los transmitiese a un Neléo, y la casta posterior prosiguiera su estudio, y, así, que como voluntades interpretantes, mantuviesen viva la llama, o al menos la semilla, de una Interpretación Onto-Linguística del Mundo. Sin embargo, los datos históricos de los que disponemos parecen inclinar más la balanza hacia una casualidad histórica que ha una toma de postura activa frente al problema. Mientras la tesis de que Andrónico pudiese tener, 300 años después de morir Aristóteles, acceso directo a sus manuscritos originales resulta incluso plausible (“parece atestiguado”, dice Düring ), no lo es tanto la tesis de Long.

Así, ¿nos encontramos ante un texto capaz de ser Interpretado Adecuadamente, o simplemente ante un resto arqueológico insensato y arruinado? Contienen tres redacciones diferentes. Graham, en uno de sus últimos estudios, y el único que sistematizo de forma crítica la sospecha de tres redacciones en una, afirma que “was forged

CONCLUSIONES

Veamos ahora a modo de revisión las conclusiones a las que hemos llegado.

  • Corresponde a la etapa Pian (hasta el siglo III y IV a. C), la redacción del original por mano de Gong Sun Long Zi. El Original, posiblemente sin encabezamiento ni titulo alguno, en bambú o madera, aunque existen testimonios arqueologicos que sostienen que este se escribia en la parte posterior de la tira de bambu, es redactado. Tiene una división invisible, que no podemos identificar.
  • Corresponde a la etapa Juan (siglo IV o V a. C. hasta el siglo V o VI d. C) la copia del manuscrito original en papel o seda. Etapa de laguna y misterio en la que el texto de Long se conforma en cierto sentido:
  1. Comienza a copiarse y transcribirse el original. El papel y la seda revolucionan el panorama.
  2. La actividad copista concluye en la necesidad de dividir el original en secciones definidas y cerradas. Se determina y se limita el texto: aparece la primera intromisión.
  3. Una vez convenida la utilidad de dividir el manuscrito y limitarlo, nace y se instituye la idea de Tratado o (Tratado del Caballo Blanco y Tratado Zhi Wu): 2 Tratados.
  4. Es posible que ya comience cierta labor comentarista (comentario interlineal).
  5. Copistas, discípulos Debatientes o Motistas, comentan el texto, añaden caracteres o líneas, al texto original, con la pretensión de aclarar el malentendido dialéctico. Como el propio Tsuen-Hsuin Tsien dice: “Since most of the pre-Ch´in books transmitted today have been revised by Han scholars, it is often difficult to know what part of a books original and what part is later addition.”
  6. Se introducen (no sabemos en que orden ni con que frecuencia) los llamados Capítulos o Lun Espurios: una Biografía (Tr. 1), dos Tratados de influencia Motista (Tr. 4 y 5), y un delirio inclasificable (Tr. 6).
  7. El manuscrito original de Long ya no es tal. De tener 2 Tratados a pasado a tener de 3 a 6 Tratados.
  8. Se divide de nuevo el supuesto original. Se establece así una nueva división. El papel y la seda determinan el nuevo Orden. El texto se segmenta en 3 juan o rollos de seda o papel. A saber: Juan Shang, Juan Zhong y Juan Xia. Cada juan contiene 2 Tratados o lun.
  • Corresponde a la etapa del Dao Zang (siglo X d. C. hasta el siglo XV o XVI d. C). Compilación de textos taoístas. Afán enciclopédico. Monjes taoístas copian e imprimen el supuesto manuscrito original en bloques. Se procede a la impresión y edición del Canon Taoísta de Zheng Tong, Dinastía Ming.

1. Es posible, también, que sea en esta compilación cuando se introduzcan los llamados Capítulos o lun espurios: una Biografía (Tr. 1), dos Tratados de influencia Motista (Tr. 4 y 5), y un delirio inclasificable (Tr. 6). 2. Es también posible que un grupo de taoístas eruditos comente en texto completo en versión interlineal e introduzca un testimonio biográfico a modo de introducción.

Es fundado sospechar que la compilacion de los 6 Tratados de Gong Sun Long Zi presentes en el Canon Taoista de Zheng Tong recoge documentos transcritos por diferentes copistas. El estilo, gramatical y semantico, lo testimonia. Así, no hay una sino varias redacciones. Pero al contrario de lo que ocurre en el Canon Mohista (Tratados Lógicos), la corrupcion de los 6 juan que componen en texto de Long no es sistematica. Es, pues, dificil, sino imposible, determinar el camino exegetico correcto. Por ello, las interpretaciones textuales del presente siglo, brillantes todas ellas, y surgidas trás la publicacion y difusión de Canon taoista a mano de la Editorial Commercial Press son cuestionables. Y aún poseyendo sus métodos un elevado rigor cientifico, se fundan en la Atalaya y el punto de vista, y no en base a un criterio de eleccion contrastable. No existe base firme ni suelo seguro desde el que decidir que traducción es la más aproximada. Pues no hay Lugar al que aproximarse. Es, pues, improbable traducir el sentido original del texto de Gong Sun Long Zi. El Tratado 3, Zhi Wu Lun, es en este sentido ejemplar. Ante él, cualquier Hermeneuta cae desplomado y sin aliento.

Anteriormente hemos subrayado el hecho de que toda labor textial Contrastiva resulto imposible, y desmoralizante. Pues solo existía una sola copia del Gong Sun Long Zi, que habitaba isolado. Ningun estudio de Concordancias pudo llevarse a cabo (recuerde el lector, por ejemplo, que Graham reconstruye los Canones Lógicos Neo-Mohistas en buena parte gracias a trabajos precedentes, entre los que se encuentra por supuesto el Harvard-Yenching Concordance on Mo-Tzu). Surge alrededor del Gong Sun Long Zi “el gran Vicio”, esto es: “offer interpretations which depends on conjetural emendation at every level, even for stablishing the punctuation”. La violencia del texto de Long animó de este modo a los editores y comentaristas del manuscrito a adentrarse en su ininteligibilidad. Y nace, así, lo que puede denominarse como la Escuela Comentarista de Long. Cada lector, se convierte en analista, y, por ende, en traductor. Se suceden comentarios, uno trás otro, y diferentes propuestas de enmendación, notas lexicográficas, reconstrucciones y soluciones . Ahora bien, ¿en base a que criterio se comento? ¿qué buscaba el comentarista? Y más aún, ¿disponía este de antiguos comentarios o realizaba la labor individualmente? El hecho de que sea posible plantear estas preguntas no implica que sepamos responderlas. El Punto de Vista, la Atalaya, a la que antes referíamos, rodeo esta actividad. Y aún hoy, sigue rodeándola. Lo cierto es que el manuscrito que lleva el nombre de Gong Sun Long Zi se pensó desde la reconstrucción, y, así, se reconstruyo desde el desequilibrio. Este hecho, significativo en la Hª de la reconstrucción textual, será el que provoque que este trabajo Debatiente, único por su rara profundidad, no llegue a Occidente hasta la segunda mitad del siglo XX. Y que, aún así, viva en los escritorios de eruditos de la Universidad de Harvard y de la School of Oriental and African Studies (SOAS), celoso y casi secreto. Y lo que es más importante, que el escaso grupo de Pensadores Asalariados, reclamen conocimientos sinológicos para su lectura. En China continental, se le presenta como ejemplo de un pensar materialista ateo, y un antecedente curioso de lo que más tarde fue la Dialectica Marxista. Así, y a pesar de que el manuscrito evita y destruye cualquier determinación o lectura prevista de antemano, una suerte de Monopolio de la Interpretación se institucionaliza.

Si bien es cierto que Graham en sus analisis de los Tratados Lógicos Neo-Mohistas subraya como importante descubrimiento el hallazgo de Liang Ch´i-chao, a saber: “each explanations begins wuth the first word of its Canon repeated as a heading” , hay que añadir que el texto de Long no es tan generoso, y que no admite concesiones de ninguna clase para una Reconstruccion Textual adecuada. Cualquier Hermenutica de la Puntuacion es discutible. Y, paradojicamente, aceptable. Se trata pues de una suerte de Consistencia Inconsistente (y viceversa). Pues habitamos en un texto abierto y no cerrado, e imposible de cerrar. Y, por ello, un Lugar de Debate imposible, en donde uno siempre es un invitado.

ADDENDA

"Ancient China and the First Copiers" by: R. Thomas Berner (Research/Penn State, Vol. 17, no. 3 (September, 1996))

China is given credit for four major contributions to the world -- paper, printing, gunpowder, and the mariner's compass. Additionally, the Chinese get credit for silk, tea, porcelain, various plants, herbal medicines, lacquer, playing cards, dominoes, wallpaper, the folding umbrella, the kite, zinc in coins, goldfish, and the discovery of coal. Overlooked are rubbings. I want to propose that rubbings represent the first successful copying process and therefore deserve more recognition in the technological scheme.

Everyone knows about rubbings. They are what tourists make when they go to Europe and visit the cathedrals and cemeteries. That, of course, is a Eurocentric look at rubbings. My view is Sinocentric. My wife and I spent the spring of 1994 in China. I was teaching at the China School of Journalism. We noticed that the foreign expert had hanging in his apartment a nice piece of calligraphy which was black with white letters. "It's a rubbing," we were told.

A couple of months later in Xi'an, the ancient capital of China and home to the terra cotta warriors, we visited the Museum of Steles, which had been established in the Yuan-yu reign (1086-1093) of the Song dynasty. Eight hundred years before, the Chinese suffered through a book-burning imposed by the emperor Qin Shihuang. When he died, the Chinese began engraving books in stone to preserve them. Rubbings were encouraged as a way of popularizing literature. Today, the museum contains more than 2,300 stone records "hand written by well-known scholars from the Han Dynasty to the Qing Dynasty (1616-1911). Some are rare treasures. There are also paintings carved on stone, and historical documents and classic books carved on tablets, making it praised as a library of stone inscriptions unique in the world," according to Lanxing Hong (Beijing Review, Aug. 1-8, 1994).

I did not fully appreciate what I was looking at and photographing until I returned to Beijing and began reading an English translation of The Story of Chinese Books. The Chinese were not the first to make rubbings, I discovered. Yet the Chinese recognized that they could make many copies or single copies time and again, and for that they deserve recognition for their fifth great contribution to the world -- reprography.

What some call rubbings, others call ink-imprints or ink-squeezes. The Chinese call the process "copy by tapping" -- you can hear it before you see it. Here is one explanation: "The engraved surface which is to be duplicated is first covered with a thin, moistened paper. Using a stiff brush, the paper is pressed into all the crevices and indentions constituting the inscription. A silk or cotton pad dipped in ink is then dabbed, or squeezed, which gives the technique its name, over all the raised areas. When the paper is peeled off, it retains, in white characters on a black background, a clear exact impression of the engraved text" (from Technical and Cultural Prerequisites for the Invention of Printing in China and the West ). So, first a picture or calligraphy was painted on stone. Then it was carved. After that, it could be rubbed. (A modern example of this is the Vietnam War Memorial where people copy names through a simple rubbing process.) The Story of Chinese Books suggested that the rubbing process was really a proto-printing process. Other sources suggest the same thing. What I want to argue -- while acknowledging the evolutionary nature of technology -- is that the rubbing process represents the beginning of reprography and that it deserves to be signified as more than proto-printing. "The need for a means of accurately disseminating the written word before the advent of the printing press was met through rubbing," writes John J. Bodor in Rubbings and Textures, A Graphic Technique. "Calligraphy was carved on stone tablets and displayed in metropolitan centers for all to see and copy. Pilgrims would interrupt their journeys long enough to take rubbings of the various stones. In this way much of the literature as well as edicts of the emperor were spread to the outermost frontiers of the empire." Stone carvings and stone pictures exist all over China. In preparation for a dam on the Yangtze River, the Chinese saved from destruction various cultural relics that included stone inscriptions. As the newspaper story puts it: "Most of the stone inscriptions depict the great achievements by the local people in hydrology, geology and navigation." At another site unrelated to the dam project, two journalists reported: "Of all the carvings documented so far, about 40 depict the universe and the planets, indicating that astronomy was alive and well during the Han Dynasty." The inscriptions have double value to the Chinese, for they represent historical and artistic source material. Keep in mind that calligraphy is a cultivated art form in China.

That source material includes the Seven Confucian Classics, ordered engraved in stone under the Han Emperor Ling. This engraving was proposed by one of the emperor's ministers who wanted to correct mistakes that had occurred during hand copying. Also carved in stone are the sixteen texts of the Sacred Edicts of Guang Xu, which one Chinese scholar likens to the Ten Commandments. They can be found in Xi'an.

Recently the National Museum of Science and Technology in Stockholm, in sending an announcement over the Internet, said that it had on display "the history of telecommunications -- from beacon fires to today's global digital telecommunications network." I like the attitude that phrase conveys, for it recognizes the depth of communications technology's roots.

Aviezer Tucker sees any technological process as a set of evolving principles. "According to technological evolutionism, each technology is based on a certain set of principles. One set of principles is evolving into another similar but different one through what is called in lay language 'invention' (in History and Technology Vol. 7, no. 2). Or, as Basalla puts it, ". . . we should cultivate an appreciation for the diversity of the made world, for the fertility of the technological imagination, and for the grandeur and antiquity of the network of related artifacts" (from The Evolution of Technology).

Rubbings are but part of a series of related artifacts. Recall it was painting-carving-rubbing. And everything was part of a transforming process. "In the case of some of the Han reliefs," Capek writes, in Chinese Stone-Pictures, A Distinctive Form of Chinese Art, "we know that the pictures were first painted on the stone and then carved. But in the transposition of the picture to stone, in the carving, in its new life in a new medium, the picture acquired a new quality, its stone quality, its sculptural character. In its transposition to stone it somehow experienced a transmutation and became a 'stone-picture' which is something different from the painted picture."

The transformation continues. The ancient rubbing process of China represents an enduring technology, one that allows the modern world to study past cultures and understand the evolving technology of communications.

R. Thomas Berner is professor of journalism in the College of Communications, 215 Carnegie Bldg., University Park, PA 16802; 814-863-7993

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